Corbata Constrictor

todos podemos ser inmortales, solo hasta que llega la muerte


Los domingos han sido inventados para descanzar, mas bien es aqui donde nos aborda la reflexión, quisás todos los dias los han inventados para el descanzo, pero no siempre es así, y algunos, los lunes, deben ir a trabajar.

Lunes. 7:00 AM, Praga. Suena la alarma estridente, aturdidora, PIPIPIPIPIPIPIPi!
Despierta jetón, se acabó el descanzo, hay que ir a trabajar.
El automatismo de un sonambulo, ataca y perfora los más profundos deseos de volver a dormir, de estar SOÑANDO y no despertar en una nueva pesadilla, que ya es corriente, lleva tiempo siendo la misma porque tu le has dejado suficiente confianza para que te chupe la vida y la aceptes como una realidad, no, ya no puedes volver a dormir, ahora tienes que trabajar.

ya sabes, taer algo de sucio dinero a casa.

es así, todos lo hacemos así. Hay que pagar muchas cosas y para esto siempre te fuiste preparando, un nuevo dia, si, como ya muy bien lo conoces. Las mismas caras, los mismos problemas, la misma maquina expendedora de café te están esperando como todos los putos y asquerosos dias de tu lamentable vida, pero tu estás casi contento con esto, porque no conoces otra cosa, no has querido conocer otra cosa.

Te levantas, te frotas la cara, esa especie de máscara que se te ah ido formando con el tiempo, toda esta estupides te ha robado el rostro. Vas al baño, meas amarillo, te miras la cara frente al espejo, esa misma cara de gilipollas que llevas todos los dias.
Te empiezas a pajear, porque a veces por las mañanas te pajeas, porque te encantaria estar echando un buen polvo en vez de estar haciendo cualquier cosa, pero no hay tiempo, en tu vida ya casi no hay tiempo ni para derramar una solo gota de amor.

Y así en ese pequeño y corto lapsus donde tienes que prepararte para afrontar un dia más de tu rutina que no parece ningun desafio, sino que el haber logrado tu estabilidad y acapararla te han dado siempre la impresion de haber logrado aquella paz que te ha excluido de todo conflicto, de todo mal mundial, del hambre, de la pobreza, del reumatismo cronico de tu vecino que bien jodido lo vez.
Tu vida parece perfecta, nunca tuviste mucho de que preocuparte, lo unico que te aterrorizó seria el perderlo todo, de no quedarte con nada, pero sabes que no existe ese porcentaje de riesgo, solo forma parte de una paranoina, porque con ese calculo pulcro con el que marcas tus movimientos es imposible irse a la quiebra, todos lo sabemos, las crisis no estan echas para tipos como tu.

Como todas las mañanas tomas tus pildoras que son parte del ritual de tu éxito, un café para despertar la mente, hay que ser ávidos en este mundo de depredadores, ya lo sabes.

Tu pulcra elegancia
que adormecen las ganas de vivir
tu traje subito a un ataud
pulcro como en las bodas, o en los funerales
hay algo en lo que siempre has acertado
y es en esa forma de vestir
como si inconcientemente estarias adjudicando tu caída
abdica al descanzo, adjudica el trabajo
genera ingresos
finamente tratados, inversiones acertivas, exploracion de nuevos mercados
nuevas formas de sobrevivir
de hacer sobrevivir
y tu
ya no sbrevives
ni vives
tu, como el mismo traje que usas
ese aspecto funebre que te delata
esa rigides como la de un cadaver
es tu destino anticipado
el precio que tubiste que pagar
como todo pacto con la muerte
como toda traicion a la vida
devora el mundo
todo siempre a estado a nuestra disposicion
sí, es cierto
tu hay algo que no aprendiste
toma lo que te sea necesario
tu te has excedido
y ahora, al vestirte
el peso de cada día que tu no remontaste, que tu no remediaste esa terrible enfermedad viciosa
que te invadia, te daba de tragar hasta la nausea
el peso del exito devorador, depredador
con ese traje que hace las cosas más grotescas sean las más elegantes
tus crimenes a ti mismo
hoy ese traje es la piesa con la que desfalleceras
como cada dia
desfalleceras de ese apetito, mientras te pones aquella ridicula corbata
la asfixia te corroe la garganta
el no haber respirado nunca un soplo de vida
ni haber dado un suspiro frente a todo el tedio
te estrangulas, y mientras tu cuello se contrae
con esa ridicula corbata
te vas dando cuenta
que no hay mucha diferencia
entre un muerto vestido para la ocasion
y otro tras un televisor.