apertura

no e escrito nada...

ya, este era un cabro chico que le gustaban los dulces, como muchos en su infancia, con gamba al día quedaba chócho, sin contar {de números, no de cuento (porque esto es un cuento)}, sin contar los vueltos que recortaba cuando lo mandaban a comprar, porque en su casa decían que pa` alguna wea tenía que ayudar y lo primero que aprendió fue ir a comprar y ver monos en la tele.El don bigote, que así le decían por los mostachos, claro está, así le decían al viejo del almacén, y todxs sabían menos él -nadie se atrevió a decírselo-, el don bigote demoraba con histérica paciencia en atender al chico, el iba de 10 en 10 pidiéndole dulcecitos de diferentes cualidades culinarias y nunca podía dejar de arrepentirse en cual echarse a esa boquita de leche.no faltaron las veces en que el pequeño olvidó el encargo para el almuerzo y tenia que volver de un viaje, o sea de dos, a comprar al almacén.Era bueno para los dulces, pero no tanto, porque un día le regalaron 5 lucas y prefirió guardarlas para cuando supiese bien en que gastarlas. Con eso se compró 200 media hora, 10 koyak, dos Danky, 30 in kat, una bebida de litro, dulces, dulces... y miles de polkitas.El nunca oyó la historia de Hanzel & Grettel, pero aunque la hubiese escuchado, no le hubiese importado, porque a Hanzel & Grettel no lxs tragó la bruja, si lxs hubiesen matado, ahí creo podría importarle.

Al parecer: es una condición humana estar haciendo algo con la boca..

..de ahí sigue